Conoce la emoción de levantarte y sentir que es un día extraordinario, que te espera una guía que te acompañará a navegar por el mar para entrar en los ecosistemas marinos y poder vivir la experiencia de visitar el hogar con ballenas y delfines.
Antes del zarpe, nuestras guías fueron muy claras en darnos todas las indicaciones de seguridad en la embarcación. La mañana estaba muy fresca y llena del aroma marino.
En el muelle nos pusimos el chaleco salvavidas y comenzamos a abordar la embarcación que se movía con el oleaje, pero nuestras guías son expertos en ello y ayudaron a todo el grupo para hacerlo de manera sencilla y segura.
Nuevamente nos recordaron la importancia de nuestro comportamiento, ya que seremos visitas en un hogar, un ecosistema marino que puede estar lleno de ballenas y delfines y, como en cualquier otro hogar, puede que algunos de ellos consideren que nuestra visita puede ser inesperada o incluso una amenza, por lo que debemos aprender a mostrar una actitud respetuosa con su forma de vida, de manera que ellos no se sientan invadidos o amenazados.
Comenzamos con el sonido del motor rugiendo para poder tomar velocidad y para que la embarcación pueda comenzar a luchar con fuerza contra las olas de la playa, en unos momentos comenzamos a sentir en nuestra cara y la verdera brisa marina, muy fresca y, junto al movimiento de la embarcación y todas las salpicaduras de agua que nos regala cada ola, son emociones de alerta constantes, creo que pocas veces en mi vida he estado tan alerta, tan sujeto a la borda de la embarcación, aunque nervioso, pero riendo y muy contento de estar viajando a visitar seres marinos maravillosos que pronto nos regalaron una vista emocionante de sus dorsos asomándose por la superficie del agua... pero lo realmente impactante fue sentir el estruendo de sus respiraciones.
Cuando nuestras guías apagan el motor de la embarcación y nos quedamos en silencio, pudimos ver que se acercaban a nosotros, fue ahí cuando pudimos sentir el potente sonido de esa respiración profunda, casi una explosión, que lanzó una nube de aire y agua pulverizada que nos mojó la cara a todos.
En ese momento comprendimos que estábamos compartiendo el mismo aire del hogar de esos maravillosos y gigantescos seres.
Nunca podré olvidar la emoción solemne del respeto que nos dieron, seres enormes, con una fuerza colosal que se aceraron a nosotros para compartir su hogar, el aire fresco y, aun no lo sabíamos, pero desde que llegamos, siempre estuvimos mirándonos.
Por todo esto, siempre ven a navegar en este Hope Spot de los océanos del mundo.
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